Una joven confiesa haber matado a un actor y facilita una serie de detalles que solo podría conocer el asesino. Beckett y Castle parecen tener ante sí un sencillo caso criminal. La investigación da un giro cuando varias evidencias les llevan a pensar que la sospechosa no pudo llevar a cabo el homicidio. Una segunda persona asegura ser quien cometió el crimen y los detectives constatan que el caso es más misterioso y complejo de lo que creían.