Sara Santano está a punto de jubilarse, pero recibe el encargo más importante de su anodina carrera justo en su último día de trabajo: demostrar que la popular cantante Celeste reside en España y que debe pagar aquí sus impuestos. Una misión de la que dependen veinte millones de euros para las arcas españolas. Sara tendrá que aparcar su vida para recorrer la de Celeste y demostrar que pasó aquí 184 días. La mitad del año más uno…