Goro ignora el consejo de su padre y decide continuar entrenando para convertirse en un futuro lanzador profesional. Mientras tanto, su padre recibe la visita de su viejo amigo y compañero de equipo, Shigeno. Shigeno dice que las verdaderas habilidades de Honda siempre han estado en el lanzamiento y no en el bateo, pero Honda debe decidir por sí mismo si continuar con el béisbol centrándose en el bateo o encontrar una ocupación completamente nueva.