Han pasado 3 años desde que su padre falleció, pero a los 9 Goro finalmente tiene la edad suficiente para ingresar a las Pequeñas Ligas de Béisbol. Regresa a la cancha de los Mifune Dolphins, pero al llegar se entera que solo tienen 5 jugadores y que el equipo podría estar plegándose. Para empeorar las cosas, el club de fútbol obtuvo el permiso de la ciudad para tomar el control total del campo. El entrenador recomienda que Goro vaya al otro equipo de las Pequeñas Ligas de la ciudad, pero Goro está decidido a jugar para los Dolphins y comienza a reclutar a sus compañeros para que jueguen.