Daphne recibe la visita de un ex-novio que viene de Inglaterra expresamente para preguntarle si quiere retomar la relación. Para evitar la temida pregunta, Daphne hace que Niles se haga pasar por su marido; éste, naturalmente, se siente como en una nube por la alegría y se mete totalmente en su papel. Tendría que ser una farsa de corta duración, pero cuando Frasier, Roz y Martin se entrometen... el juego debe continuar.