Las Sailor Scouts deciden ir a entrenarse en un lugar lejano, una playa alejada de todo contacto humano. En el lugar se hospedan en una vieja mansión donde aparentemente abundan los fantasmas. Ellas se hacen amigas de la hija del dueño de la mansión, una pequeña con poderes sobrenaturales. El padre de la niña se niega a que haga amigos y la obliga a centrarse en el entrenamiento de sus poderes. La niña logra despertar a un fantasma y las Sailor Scouts lo destruyen. El padre decide entonces dejar a la niña disfrutar su infancia.