A Doris Hocksley se le muestra un anuncio personal en un periódico de Los Ángeles para localizar a la hija de Adam Hocksley y proporcionarle pruebas de ello. Un amigo, John Lowell, le sugiere que persiga la idea para probar que es la heredera legítima de la finca de Adam Hocksley. Alan Neil es el sobrino de Elston Carr, el albacea. Conoce a Doris Hocksley y sugiere que trabajen juntos, por un precio, para convencer al albacea. Más tarde esa noche Elston Carr es encontrado muerto en su casa por Rebecca Gentrie, la secretaria. Ella cierra con llave la puerta de la habitación para evitar que quien esté dentro escape y llama a la policía. La policía abre la puerta para encontrar a Doris Hocksley. La acusan de asesinato cuando encuentran sus huellas en el arma homicida.