A pocas horas de la llegada de las fuerzas bajornas a la estación Espacio profundo 9, Sisko decide permanecer a bordo, mientras el resto de personal de la Federación continúa desalojándola. El resto de oficiales de mayor graduación le comunican su intención de permanecer junto a él, con la esperanza de encontrar una vía de detener la expulsión.