El 30 de junio de 1956, el vuelo 718 de United Airlines y el vuelo 2 de Trans World Airlines chocaron en el aire sobre el Gran Cañón en Arizona, matando a las 128 personas a bordo de ambas aeronaves. El accidente de aviación más mortífero en su época fue causado por un error en las comunicaciones entre los pilotos y el controlador de tráfico aéreo y llevó a hacer cambios importantes en la regulación de las operaciones de vuelo en Estados Unidos.