El 26 de abril de 1994, el vuelo 140 de China Airlines se estrelló cerca de la pista central del aeropuerto de Nagoya (Japón), matando a 264 de las 271 personas a bordo. El accidente se debió a que el copiloto accionó accidentalmente el sistema automático de motor y al aire y ambos pilotos no reaccionaron apropiadamente ante la situación, llevando a una entrada en pérdida.