El 11 de diciembre de 1994, una bomba estalló en el vuelo 434 de Philippine Airlines durante el segundo tramo de su ruta entre Manila y Tokio, con escala en Cebú, matando a un pasajero, hiriendo a varios otros y dañando algunos sistemas de control de la aeronave. La tripulación consiguió aterrizar exitosamente en el aeropuerto Naha en Okinawa. La investigación subsecuente determinó que Ramzi Yousef, un terrorista, colocó la bomba dentro de la aeronave durante el primer tramo del vuelo, además de que el ataque formaba parte de un plan mucho mayor.