El 8 de septiembre de 1989, el vuelo 394 de Partnair perdió el control, se desintegró en vuelo y se estrelló en el mar del Norte, matando a las 55 personas a bordo. El accidente se debió a que el estabilizador vertical de la aeronave vibró durante el vuelo debido a que este fue reparado con piezas falsificadas y posteriormente, este falló cuando la aeronave pasó por la turbulencia de estela de un avión de combate.