El 20 de enero de 1992, el vuelo 148 de Air Inter se estrelló en una montaña mientras se acercaba al aeropuerto de Estrasburgo, matando a 87 de las 96 personas a bordo. Un error al programar el piloto automático de la aeronave, combinado con un súbito cambio en la dirección del viento, causó que esta descendiera más rápido de lo previsto.