La salud de Riley comienza a deteriorarse debido a todo lo que le hicieron cuando era militar, y si no se somete a una intervención pronto, morirá. Buffy pedirá ayuda a Spike y éste aprovecha el momento para acudir con Harmony y forzar al cirujano para que le quite el chip que le implantaron para modificar su conducta y que impide que ataque a humanos.