Ted (para demostrar su valía) y Barney (para impresionar a Robin) se ponen del lado del camarero de su bar de siempre, que ha decidido pelearse con unos chicos que se han sentado en la mesa que suele ocupar el grupo; Robin dice que le gustan los hombres peleones, por lo que Barney y Ted se ven obligados a seguir fingiendo que han participado en la pelea.