Mientras Kate se encuentra en Washington, Castle investiga en Nueva York el asesinato de Charlie Reynolds, actor que se hizo famoso tras encarnar a un empollón de una exitosa serie juvenil de principios de los 90. El caso da un giro inesperado cuando las agentes Beckett y McCord llegan a la Gran Manzana desde la capital del estado para hacerse cargo de la investigación, hecho que crea una fuerte tensión con los miembros de la policía neoyorquina.