Jane Galloway vive aterrada. Todas sus puertas tienen tres cerrojos, pero ninguna de las precauciones de Jane impiden que un acosador la asesine. Cuando el CSI llega a la escena, descubren a la víctima con el pelo teñido y la cara metida en el váter. La escalofriante imagen deja intranquilo a Nick, pero no acaba de saber el porqué. El caso deja al equipo con dos focos de atención: quién mató a Jane, y cómo pudo el asesino entrar y salir de la casa.