Neal y Peter descubren que Keller está de vuelta y esta vez está envuelto en el tráfico de invaluables piezas del Antiguo Egipto. Neal debe ir de incógnito con una bella y exótica perito experta en arte egipcio para localizar y capturar a su enemigo. Entretanto, Neal confronta a Sara, que admite que vio la cámara del tesoro y que se siente herida porque él se lo ocultó.