Los forenses neoyorquinos se enfrentan al asesinato de un joven que aparece con un disparo frente a una tumba. En la escena del crimen aparecen unos misteriosos restos de globo. En el apartamento de la víctima, Mac y Lindsay localizan trampas explosivas instaladas en las ventanas y sofisticados sistemas de seguridad, por lo que deducen que el joven, que trabajaba como organizador de bodas, intentaba protegerse de alguien. Además, los investigadores encuentran en el lugar unas inquietantes fotografías.