Stu, Chaz y Howard llevan a los Rugrats al zoológico, donde los empleados usan disfraces de animales. Al ver esto, los bebés piensan que los animales son personas también, al verlos hacer cosas como comer helado, jugar con juguetes y vender recuerdos. Cuando los dejan en una guardería enjaulada, ellos piensan que se convertirán en animales para siempre. Luego, cuando Tommy deja su atornillador afuera, llaman a Dil y a los animales verdaderos para que los liberen.