Niles se convierte en la mayor celebridad de Seattle cuando, gracias a su ayuda, la estrella del equipo local de baloncesto recupera su buena racha. Sin embargo, cuando el deportista le cuenta su teoría de que, no es la terapia lo que funciona, sino que el tocar la cabeza de Niles le trae buena suerte, el orgullo de éste le hace cogerse un monumental enfado.