Allison sueña que está a punto de ser disparada. Nadie puede soñar con su propia muerte. Al día siguiente, Joe no tiene más remedio que llevarse a Bridget al trabajo. Durante una larga y tediosa reunión, la niña hace un extraño dibujo. Paralelamente, Allison descubre que el abogado que defiende a un presunto asesino ha contratado a una adivina para que le ayude en su caso.