Presionado por su mujer y sus hijas, Mike accede a comprobar todos los sistemas de seguridad de la casa a prueba de niños para evitar que su nieto Boyd pueda ser víctima de un eventual accidente doméstico. Entretanto, Mandy pide dinero a su padre para pasar la tarde en un centro comercial. Convencido de que la joven es capaz de ganar su propio dinero para hace frente a sus gastos, Mike consigue un trabajo de repartidora de pizzas a su hija adolescente, iniciativa que no consulta previamente con su esposa.