El teniente del grupo SEAL de la marina, ganador de la medalla del honor, Curtis Rivers es disparado mientras realizaba una misión de entrenamiento en las montañas de West Virginia. Rivers devolvió el fuego y minutos después descubre que ha disparado a un niño de 14 años desarmado. Harm y Mac son enviados a investigar el caso y pronto descubrirán que el niño estaba acompañado por su tío, un terrorista fugitivo buscado por el FBI acusado de haber colocado una bomba en un edificio de Hacienda. Harm y Mac regresan al pueblo del niño asesinado y allí son conducidos a un local paramilitar donde son hechos prisioneros junto al teniente Rivers, quien será juzgado de forma ilegal, aunque Harm tratará de hacer de abogado defensor. Cuando el FBI interviene se descubre que todo había sido una plan federal para atrapar al fugitivo y que el verdadero asesino del niño es el agente del FBI que lo ideó.