Un bloguero que acusaba en su página web al NCIS de querer ocultar el asesinato de un teniente muere en extrañas circunstancias. Esto obliga al equipo de Gibbs a investigar por segunda vez qué ocurrió realmente con el marine. Sin embargo, su trabajo se ve entorpecido por la policía local, que no dudará en ocultar información del caso en su propio beneficio. DiNozzo y McGee serán los elegidos para distraer a los agentes y conseguir aquello que esconden. Mientras, Ziva reflexiona sobre su futuro y se plantea dejar el Mossad.