El 5 de abril de 1991, el vuelo 2311 de Atlantic Southeast Airlines súbitamente cayó en picada inclinado a la izquierda y se estrelló durante su aproximación al aeropuerto de Glynco en Brunswick, Georgia, matando a las 23 personas a bordo. El accidente fue causado por la falla de la unidad de control de la hélice izquierda, lo que hizo que las palas se pusieran en un ángulo plano, creando asimetría de empuje.