Cuando Daniel Reed (Edgar Stehli) se encuentra chantajeado por un viejo socio de negocios de su tiempo en Alaska, Perry debe primero salvarlo del manicomio y luego de la cámara de gas. Convencido de que Reed ha perdido la cabeza cuando empieza a extender cheques de 20.000 dólares a desconocidos, sus sobrinos hacen que el viejo sea internado a la fuerza en un manicomio. Perry es reclutado por la novia de Reed, Millie Foster (Kitty Kelly), para sacarlo del manicomio y, apenas se le concede la libertad, su chantajista aparece muerto y Reed es acusado de su asesinato.