El 25 de mayo de 1979, el motor número uno del vuelo 191 de American Airlines se desprendió mientras estaba despegando del aeropuerto Internacional O'Hare. La aeronave se inclinó a la izquierda y se estrelló cerca de un parque de caravanas, matando a las 271 personas a bordo y a 2 en tierra. Uno de los soportes en el pilón que sostiene al motor estaba dañado por un mantenimiento deficiente. Al desprenderse el motor, los restos del soporte cortaron los conductos hidráulicos del ala, haciendo que las superficies de control de vuelo se atascaran, causando la pérdida del control.