Los restos de un cuerpo descuartizado aparecen en varias cajas en una tienda de segunda mano, con lo que los forenses trabajan no sólo para averiguar la identidad de la víctima sino también para descubrir por qué fue asesinada de manera tan brutal. El equipo descubre que el hombre murió asfixiado cuando el asesino le introdujo en la boca los restos calcinados de su esposa muerta, después de atarlo a la cama. Posteriormente, el criminal lo descuartizó e introdujo los restos en cajas que envió a la tienda. Las primeras pruebas apuntan hacia una antigua pareja de la víctima.