El director de un fondo de inversión que llevó a cabo una operación fraudulenta a gran escala es asesinado antes de que pueda suicidarse. Sherlock y Joan tratan de demostrar que el director del fondo de inversión entregaba pruebas a un reportero que conocía diversa información sobre otro crimen y que pudo ser asesinado para evitar que el asunto saliera a la luz.