Mientras Hetty decora la oficina con los adornos navideños, Callen y los demás efectivos del NCIS investigan la muerte de un marine, víctima de una atentado con teléfono móvil. A medida que avanzan las pesquisas del caso, los expertos en infiltración descubren que el fallecido y tres compañeros pertenecían a la EOD, una unidad especializada en explosivos destacada en Irak. Los expertos en infiltración trabajan contra reloj para evitar que una nueva explosión acabe con la vida de otro marine.