Un almacén con cinco cuerpos sin vida -dos de ellos aparentemente marines- centra la atención del NCIS. A pesar de que las dos víctimas llevan uniformes auténticos, los agentes de la Oficina de Proyectos Especiales constatan que no son militares de la Marina. Tras ser informados de que la causa de la muerte fue envenenamiento por botulina, una peligrosa neurotoxina utilizada como arma biológica, Sam y Callen inician una búsqueda contrarreloj para encontrar esta peligrosa biotoxina que podría matar a millones de ciudadanos.